EL SISTEMA DE JUSTICIA: UN COMPROMISO

Cualquier persona, puede ser sometida a proceso penal en Guatemala. Usted y yo, podemos ser procesados, por diversos hechos que podrían revestir las características de delito. Se ha puesto usted a pensar, que podría estar sometido a proceso como acusado,  por un accidente de tránsito, un cheque sin fondos, un problema con el vecino, un mal negocio, etc., etc. Todos podríamos estar sometidos a proceso, más en el mundo litigioso que hoy vivimos.

Cuando una persona es acusada de un delito, goza de la “presunción de inocencia”. Es decir, goza del derecho a que todos le tengan como inocente, mientras no se le pruebe lo contrario. Los ilícitos que se le imputan deben ser probados en juicio. Y lo anterior, aunque sea el delincuente con más cargos y a la luz de la sociedad el más criminal: ¡Siempre! se goza de la “presunción de inocencia” y mientras no haya sentencia firme, no hay culpable. Esto es un punto, que  todos los juristas lo tenemos muy claro, aunque a veces, algunos aun siguen juzgando o litigando bajo el principio de que “todos son culpables mientras no se demuestre lo contrario”.

En definitiva, para que el juicio se lleve con total legalidad todos los que intervienen en el proceso: jueces, fiscales, abogados y demás sujetos procesales, deben necesariamente respetar las “formas” procesales. Ya que, si no se respetan las formas, estamos frente a un proceso que no se está llevado de conformidad con la ley y por lo tanto, será muy difícil llegar a una sentencia que esté libre de vicios procesales. Y cuáles son las formas procesales, pues el legislador ha dejado expresamente establecido por ejemplo cómo se recibe la declaración de un testigo, qué preguntas se pueden formular, quien puede ser perito, qué se puede o no hacer dentro del proceso, etc. Es decir, todo está previsto en la ley.  Los aspectos señalados están contenidos dentro del sistema de garantías que tiene nuestro sistema penal. Pero, dentro de este contexto cada actor debe jugar su papel: el Ministerio Público: acusar-probar, el defensor: ejercer la defensa-probar, el querellante: acusar-probar, y el Tribunal que Juzga “exige la verdad”.  Y la dinámica es simple de entender, si el órgano acusador y el querellante prueban hay sentencia condenatoria, si la defensa prueba hay sentencia absolutoria. El Juez por tanto, sólo podrá dictar su sentencia con hechos “probados”  y para ello en el sistema penal guatemalteco, la carga de probar le corresponde a los sujetos procesales.

Finalmente, el Juez dicta una sentencia. Esa sentencia debe ser respetada por la sociedad, nos guste o no. La sentencia firme, es Cosa Juzgada. Por ello es sumamente importante, que el sistema de justicia funcione, puesto que de lo contrario la sociedad ya no somete al conocimiento de la autoridad judicial sus conflictos, sino que los resuelve a su modo y como quiera. Es muy importante entonces, fortalecer el sistema de justicia, para que efectivamente a través del Derecho se llegue a la correcta aplicación de la Justicia.

En mi opinión, mientras el sistema de justicia no funcione como la única vía confiable  para resolver los conflictos, estamos perdidos como sociedad. Me preocupa grandemente, oír en distintos círculos sociales, que Justicia en Guatemala no existe. Esa es la percepción, es la que existe. El reto será entonces, juicios públicos transparentes.

Para dar un mejor país a quienes vienen, debemos actuar con responsabilidad quienes tenemos relación con el sistema de justicia: abogados litigantes, fiscales, magistrados, jueces, oficiales, notificadores, etc., debemos y tenemos que devolver a la población la credibilidad en el sistema judicial, actuando con apego a ley y con absoluta transparencia, teniendo presente que detrás de cada expediente o causa hay “personas humanas” con dignidad y derechos que han decidido someter su conflicto al sistema de justicia, con la esperanza de lograr un pronunciamiento que le ponga un punto y final a su conflicto. Ya basta de ese falso concepto, de que el más listo y astuto, es que logra lo que quiere a costa de “lo que sea”. Para eso no está el Derecho, está para que exista la Paz Social.

Mientras escribo estas líneas, pienso seriamente que más de alguno pensará: que utopía, que idealista, bienvenido al sistema de justicia en Guatemala, etc., pero… ¿es imposible? ¿Se pueden hacer las cosas bien en Guatemala? El cambio, empieza uno a uno, con convicción o ¿qué país queremos?

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